Cuando hace ya casi dos años comencé a escribir Dame una cita, Lucía tenía en mente otro tipo de novela --de hecho tampoco tenía ese nombre--, sin embargo sus protagonistas guardaban una conexión tan especial que me condujo a darle un revés a lo que en principio estaba escribiendo y moldear la forma que la historia tiene hoy.
La poca gente que en su momento leyó la novela (pues soy una aficionada a la escritura exageradamente indie, son contados los que me leen), me reclamaron el final que a mí me parece encantador; sin embargo, ya cuando me planteaba el epílogo de la novela, San Valentín, narrado por Luciano Seri en lugar de Lucía, podía proyectar lo que serían los personajes en el futuro. Sabía que su historia no terminaba ahí, de forma inconclusa, como algunos me reclamaron --a mí me pareció romantiquísima y diferente que fuera un final abierto, de acuerdo a lo que los sentimientos de los lector@s concluyeran--, y que me debía a mis chicos queridos, un final que espero estar consiguiendo con la continuación de la novela, que próximamente (espero que no sea en un tiempo tan lejano en el año), estará autopublicada en formato Kindle en la tienda Amazon.
En la segunda parte, que está escrita con la idea de que pueda ser leída de forma independiente de la primera, han transcurrido ocho años desde que Luciano le hizo una especial proposición a Lucía, sin embargo ya no están juntos, el astro del fútbol está atravesando un conflicto judicial con el fisco español, por lo que ha puesto una pausa en su carrera para refugiarse en el anonimato de su natal ciudad Verano, donde Lucía es una de las lugareñas más queridas, y con cuyo reencuentro espera recuperar el amor de esa chica que se le escapó.
Dame Otra cita, Lucía será una novela romántica inolvidable.
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