viernes, 4 de septiembre de 2020

Ser autora indie

Ah, voy a tocar un tema espinoso, muy espinoso, pero siento que debo opinar algo al respecto.


Ser autora indie, o autopublicada, tiene sus pros y sus contras. Sus pros consisten en que no tienes dueño, puedes hacer lo que quieras con tus creaciones, publicarlas cuándo y cómo gustes, a mí, por ejemplo, me encanta serlo, me hace sentir libre, justamente independiente, creo que nací con ese concepto en mi cerebro, no estar atada a algo (estoy segura de que también por eso me divorcié, aunque eso no viene al caso ahora); pero este trabajo de autopublicarse, autoeditarse y auto todo, tiene más contras que pros. Para comenzar, básicamente estamos desprotegidos en un mar infinito de gente que hace lo mismo que nosotros, que posiblemente están mejor preparados que nosotros y que, tal vez, cuentan con más respaldo que nosotros (aunque también se autopubliquen); la competencia es un monstruo, por esto, además de que debe ser de la ética de cada quien, el trabajo que colocamos en estas tiendas virtuales sea impecable, de categoría comparable a la del mejor autor consagrado.

Y por aquí sigo. No dudo que habrá un grupo muy talentoso de nosotros, los indie, que pueden escribir una novela, del género que sea, en una sentada y hacerlo estupendamente, pero también hay un grupo considerable que tenemos que luchar contra la repetición de historias, y acá específicamente me refiero a quienes escribimos romántica, un género que está demasiado utilizado y que, básicamente, si alguien quiere abrirse paso en este mundo de la autopublicación solo tiene que imaginarse una pequeña historia de amor, agregarle algunas escenas eróticas y listo, tiene un best seller. Bien por los que lo hacen así y les funciona. Pero ser indie, y me he referido a esto otras veces en artículos anteriores, no es nada más que conseguir ese hit literario, es ser perfeccionista, recuerda que lo hacemos todo, escribir la idea, editarla, maquetarla e incluso, como quien desarrolla este artículo, ilustrar la portada para el libro. 

Ahora bien, ser indie significa también alcanzar un público de lectores que prefieran dejar de lado a su autor favorito, publicado por X editorial, cuyo libro cuesta 8,99$, para tomar el tuyo, cuyo precio oscila en un rango entre 0,99$ y 2,99$. Cuando consigues a ese lector que ha apostado por tu trabajo, que desdeñó al más popular porque tu historia tenía algo que le cautivó, necesitas mantenerlo, y en esto el precio es un aspecto tan importante como haber agregado unas cuantas frases pícaras a tu sinopsis y aderezarla con una portada llamativa.
 
Particularmente voy a contar mi experiencia autopublicando en la reina de las ventas digitales, Amazon. Mi suerte con los lectores es de regular a baja, tal vez porque no sea buena en lo que sería mi dream job o porque mis historias no tienen sexo explícito (lo siento), pero, como autora indie me he cuidado del pricing, pues reconozco en mí todo lo antes expuesto en este artículo, como que no cuento con una maquinaria de profesionales detrás de mí avalando mis ocurrencias literarias y que no puedo compararme con los más grandes, incluso la obra más popular de Jane Austen puedes obtenerla por 0,99$ en esta tienda virtual. Al respecto, cuánto no me habría gustado colocar la compilación de las dos Lucías en 3,98$, la suma de los dos libros, o quizás en 4,99$, puesto que he agregado dos capítulos adicionales para esta edición, pero no, he optado por ofrecerla en 2,99$ porque es más atractivo para los lectores, se ahorran un dólar y así consigo que lean mi querida historia, que es mi más grande aspiración como seudo escritora: ser leída. 
 

Cuando publiqué Dame una cita, Lucía, la primera parte de esta bilogía de las Lucías, comenzó con un precio de 2,99$ porque me parecía que era el precio adecuado para esa novela (todavía lo pienso), a la que le había puesto mucho sentimiento, cuidado y dedicación, pero la verdad es que nadie la compró por ese valor. Acá hago un aparte para recordar o informar, según sea el caso, que para que los autores obtengamos el 70% de las ventas debemos vender nuestros trabajos a partir de 2,99$, la razón, quizás, por la que muchos autopulicados colocan sus trabajos igual o por encima de ese precio. En aquel entonces, retomando el punto, era mi aspiración obtener tales ganancias, sin embargo, debido a mis nulas ventas, una semana después había modificado su valor a 1,99$ y las cosas mejoraron medianamente, luego de colocarla gratis por un día o dos, para que adquiriera algo de visualización y los lectores suscritos a Kindle Unlimited le dieran la oportunidad. Pero lo cierto es que desde entonces para asignar precio a mi producto, en mi trabajo como autora autopublicada y autoeditada, jamás se me ocurrirá compararme con un autor que está publicado profesionalmente o con alguno de los indies que ya cuentan con cierto renombre, como Joana Arteaga, que escribe muy profesionalmente, o Dona Ter, que también tiene ideas originales y que escribe de tal forma que no te hacen dudar en el gasto.
 

Cuando un autor autopublicado considera que su trabajo cuesta más del famoso 2,99$ de Amazon, le presento mis respetos. Y sí, es cierto que 3$ no son demasiado, ni siquiera cinco o seis, sobre todo para las grandes economías (aunque en este momento todas estén en depresión), muchos lectores se piensan incluso el 0,99$, especialmente en Latinoamérica, donde hasta ese dólar es significativo. 
 

Para concluir, espero no causar demasiada polémica con este artículo, sé que muchas compañeras y compañeros, autores indie, no van a estar de acuerdo conmigo, en cuanto a la asignación de precios, y en esto las respeto, pero, no se trata de regalar ese trabajo que con tanto amor y esfuerzo hemos conseguido concluir y revisar cientos de veces, sino de ser objetivos. Si crees que tu ebook cuesta 5$, por citar un ejemplo al azar, maravilloso, pero que cuando el lector te dé esa preciosa oportunidad sienta que realmente ha valido su precio.

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