sábado, 30 de marzo de 2019

¿Por qué no escribo sobre Venezuela?

Al escribir un libro es normal que la historia se desarrolle en un tiempo y escenario determinados.

Las novelas de Jane Austen, por ejemplo, transcurren en la sociedad inglesa de finales de los siglos XVIII y XIX; Veronica Roth, por citar una autora popular, desarrolla su serie Divergente en la ciudad de Chicago en una sociedad distópica futurista; Stephenie Meyer narra su famosa serie Crepúsculo en la actualidad desde Forks, una localidad de Washington; Gema Samaro nos divierte con Mientras te esperaba, un romance contemporáneo Madrileño; y Dona Ter nos lleva de paseo por Islandia en su novela contemproránea En la boca del lobo.
Imagen de la película Divergente

En mi experiencia como escritora autopublicada no he podido trabajar una historia centrándola en una locación que los lectores puedan identificar fácilmente, pues me gusta trabajar desde lo conocido, en cuyo caso sería representando mi país y su idiosincrasia, pero la realidad es que no me siento cómoda narrando vivencias venezolanas.
 
Desde hace muchos años he querido publicar historias, pero no fue sino hasta el 2016 que autopubliqué mi primera novela corta Quinceañera, una historia dulce y juvenil sobre el primer amor, inspirada (o algo así), en mis recuerdos de adolescente, aquel momento en el que cumplí quince años, y mi grupo de amigas también, las fiestas y sus enredos; sin embargo, he preferido actualizar la historia, narrándola en la era de la telefonía celular y los mensajes de texto, pero dejándola fuera del territorio venezolano, y les explico por qué.
 
En la actualidad, como ya muchos lo saben, por las noticias internacionales y demás, Venezuela, este país hermoso en el que crecí y me hice adulta y he tratado de seguir creciendo, es un caos a la enésima potencia. Recientemente hemos sufrido "atentados", sí porque quienes han sido "atentados" hemos sido nosotros, "el pueblo", de una falla de electricidad descomunal y sin precedentes, como no la hemos sufrido nunca, en menos de un mes, más de 172 horas sin electricidad sumándolo todo, pero ésta es solo una parte del bochorno que es ser venezolano, o vivir en Venezuela, hoy en día, a pesar del morbo que pueda existir afuera por leer sobre nosotros. La delincuencia es un tema frágil por aquí. ¿En qué sociedad literaria, especialmente cuando trato de escribir novelas rosas, con finales felices y entornos agradables, podrían mis protagonistas pasear por Caracas, Barcelona o Valencia libremente, sin el temor de que al sacar un teléfono móvil en plena vía pública, como sería normal en otras sociedades, no se vieran expuestos a perderlos, víctimas del hampa? Un país en el que el grupo familiar debe volverse malabarista para acceder a los alimentos y si es que nos alimentamos lo hacemos de forma precaria. Lo sé, suena como un tema interesante, pero para un drama sin final feliz, porque correr a otro país, ser extranjero por necesidad, no es lo que ninguno de que los que seguimos aquí hemos deseado para nuestro futuro.
 
Quinceañera, mi novela corta juvenil debut, sucede en el entorno escolar, sin mencionar locaciones, pero el ambiente está descrito de un modo Mexi-Hollywood con el que todos los lectores se puedan identificar; así mismo he escogido un set imaginario en Un Amor Encantado, que sucede en Enchanted Hollow, aunque esta locación podría interpretarse dentro de los Estados Unidos. Dame una cita, Lucía y Andre y Kira se desarrollan en una ciudad de mi imaginación, Ciudad Verano, que tiene cierto parecido a Río de Janeiro, especialmente la descripción de la bahía, pues me he inspirado en Ipanema. Y Secret Santa, un romance de oficina, es un relato romántico y navideño que no tiene locación. Lo que tienen en común todas estas historias es que suceden en sociedades libres, donde los problemas y sus soluciones les pertenecen a los protagonistas y no vienen proporcionados por algo o alguien cuya respuesta les es inalcanzable.
Es mi sueño que la libertad y el orden en Venezuela se restablezca a la brevedad, que me sienta orgullosa de mi sociedad en lugar de sentir vergüenza por las irregularidades que suceden a diario y que parecen no tener ni lógica ni fin, que pueda escribir sobre la alegría de mi gente y no sobre sus necesidades y tristezas, y que en un próximo artículo esté celebrando con mis compatriotas por nuestra felicidad común.

domingo, 17 de marzo de 2019

Bocaditos de novela: Andre y Kira

Andre y Kira, la historia de un beso, es mi última historia romántica y juvenil, un spin-off de Dame una cita, Lucía, que, sin embargo, se puede leer por separado sin complicación alguna, una novela corta sobre la delicada relación entre un chico enamorado como loco de una chica que solo tiene ojos para el deporte que practica. En esta parte del argumento, que traigo para motivarlos a la lectura, Andre ha sido capturado por uno de los hombres de John Eyre, el dueño de la secundaria a la que él y Kira asisten, aunque no puedo revelarles el porqué. Así que, sin más que agregar, y esperando que este bocadito les parezca  interesante y digno de su propósito, como siempre, les deseo buen provecho literario.

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Bocaditos de novela: La chica que soñaba con respirar bajo el agua / Enséñame a olvidarte

Estos bocaditos los debía. Desde hace tiempo he estado leyendo estos libros, pero no me había permitido venir a presentarlos. Como siempre, que tengan buen provecho literario.
 

La chica que soñaba con respirar bajo el agua
Jorie Sue es una chica con mucha fortaleza que cansada de un marido abusivo decide comenzar una nueva vida junto a los Layton, donde conoce a Troy, un hombre que está afrontando una especial situación laboral y familiar.

Enséañame a Olvidarte
Olivia Novak es una chica exitosa que vuelve a Vail, su ciudad de crianza, después de diez años para reencontrarse con el gran amor de su vida.

Lee más bocaditos en la Página.

Mi lectura indie: Enero - Marzo 2019

Creo que me he vuelto una lectora insatisfecha que tal vez debería regresar a la seguridad de los clásicos.

Comencé el año con la ilusión de leer La chica que soñaba con respirar bajo el agua, la cual abandoné y retomé varias veces por ese sentimiento de no dejar un libro inconcluso, especialmente porque habían detalles que me parecían intrigantes, como Colton, el hijo de Troy Layton, el protagonista, que representa la rebeldía de la juventud y la intensidad de un chico enamorado, pero sobre todo porque se trata de una novela de Joana Arteaga, la autora de Juntos somos invencibles, una novela que me gustó muchísimo; pero ésta se me hizo interminable, innecesariamente extensa, además de que se sintió demasiado como un libro de Nicholas Sparks, autor que prefiero ver en películas que leerlo.
Pero, a pesar de las vicisitudes, finalmente conseguí terminar LCQSCRBEA, y debo señalar que no me gustó su final, me pareció que fue demasiado duro y cruel, sin embargo, en este sentido, cada autor es conocedor de su obra y esto hay que respetarlo; no obstante, en general, a pesar de esta revisión, sé que hay muchas lectoras que disfrutarán la historia y el tórrido romance entre Troy Layton y Jorie Sue, una chica con mucha fortaleza que, cansada de un marido abusivo, decide comenzar una nueva vida.
Ahora bien, no suelo hacerlo, pero esta vez sucedió, que en un momento de ansiedad me dio por tomar otra lectura a la par de la que ya venía leyendo, en este caso, ha sido la novela de Isabella Marín, Enséñame a Olvidarte.

Con Enséñame a Olvidarte me enganché desde la primera línea, una chica exitosa, que vuelve a su ciudad de crianza después de diez años para reencontrarse con el gran amor de su vida; pero pronto la historia se convierte en la excusa de recrear una novela erótica, con un protagonista posesivo que coincidencialmente es el sheriff del pueblo y tiene un par de esposas por la que siente cierta inclinación, y ya saben a qué me refiero. Sin embargo, el libro tiene algunos puntos positivos, como que es ligero, la narradora es graciosa y disfruté mucho los recuerdos de la pareja, lo cual me pareció lo mejor de la novela.
Para terminar, como ya lo he comentado en Goodreads, es bueno encontrar una propuesta diferente en un mar de historias similares.
Tú en mis Sueños, de la autora Marta Luján, que escribe bajo el seudónimo Christine Cross, es una opción romántica distinta, acerca de un psiquiatra que se ve motivado a investigar la aparente desaparición de su hermana, momento en el que su nueva realidad podrá a prueba todos sus dogmas.

Bonus: No siempre brilla el Oro
Y cuando creía que no tendría una lectura más para marzo, gracias a todos los apagones en el país y la maravilla del ebook y las tablets, he terminado leyendo esta historia corta y dulce de Roma Amore, la autora de El Loco de los Lobos, una de esas novelas que, aunque son autopublicadas, te dejan soñando; sin embargo no sentí el mismo afecto por NSBEO, una obra que se centra en la creciente relación de un mendigo muy especial y la nueva vecina rica del vecindario. Mi problema con el relato ha sido el personaje masculino, el cual me pareció muy idealizado y sin malicia, recuerden que a las chicas buenas nos gustan los chicos malos; no obstante, el personaje de la protagonista me pareció muy moderno, una chica muy determinada, resuelta y fuerte, el punto a favor de la historia.

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