miércoles, 7 de marzo de 2012

Celebrando el Rol de la Mujer

Por un tiempo he estado leyendo Good Wives (Buenas Esposas), de la autora estadounidense Louisa May Alcott, la novela secuela de Little Women (Mujercitas); las dos, preciosas obras que ensalzan la feminidad y la debida formación del carácter de una jovencita. Así, me paseaba el otro día por el capítulo XV de Buenas Esposas, que presentaba a una Meg ya casada con John y madre; en éste, Meg era súper mamá, atendía a los niños, la casa y a su esposo, lo que me hizo pensar, y emocionarme, sobre el rol de la mujer entonces y ahora.


Mujercitas es una novela publicada en el año 1.868, que relata las alegrías, penas, sueños y realidades de las cuatro jóvenes March: Meg, Jo, Beth y Amy, quienes luego de diferentes vicisitudes logran reponerse a las adversidades que les toca vivir para entonces madurar. Las cuatro muchachas evolucionan en Buenas Esposas, una que otra se enamora y una que otra se casa. La primera en hacerlo es Meg, la hermana mayor, y quien motivó esta entrada pues me hizo pensar en los cambios que ha sufrido la sociedad durante los años y al mismo tiempo cuán parecida es todavía; por ejemplo, el matrimonio, visto desde el lado femenino, no parece ser tan diferente a como le conocemos hoy en día, o así el rol de la mujer. Por otro lado, las mujeres hemos alcanzado mucho, desde algunas décadas podemos ejercer nuestro derecho al voto, vestir pantalón y trabajar casi a la par de los hombres, los que parecen los alcances más notorios de nuestro género; pero qué hay de las labores que nos hacen verdaderamente femeninas. Mencionando a otra autora, Jane Austen, la novela de Austen se caracteriza por ensalzar estas labores femeninas, una chica Austen es bien valorada por sus habilidades con la costura, la pintura, la música y su capacidad para deborar libros; aunque estas tareas parezcan sencillas son, sin embargo, ejemplo de de cualidades artísticas complejas y de mucha cultura. Me sucede que cada vez que leo a Austen, a Brontë o a Alcott, que describen tan prolijamente a la señorita perfecta, y no por su aspecto físico, sino por su capacidad para analizar y encarar las vicisitudes, por sus virtudes y lo que son capaces de hacer con sus manos, su tiempo y su espacio, siento nostalgia de que algunas de estas características se estén perdiendo por esa necesidad –quiero pensar evolutiva– de hacer y tener las mismos derechos y posición que nuestros compañeros.

Indudablemente el rol de la mujer ha variado durante el tiempo y hemos evolucionado gracias a la orientación que muchas autoras inquietas nos han legado; así que es tiempo de celebrar.

¡Feliz día de la Mujer!   


MURO DE GRANDES AUTORAS

Louisa May Alcott






















Charlotte Brontë

Elizabeth Gaskell
Emily Brontë
Jane Austen
Teresa de la Parra