domingo, 26 de noviembre de 2023

Proyecto Austen: Cartas

Cuando comencé a leer las Cartas de Jane Austen me sentí contrariada por cómo algo tan privado, unos escritos tan personales, que no habían sido concebidos para su exposición, pueden, hoy en día, ser tan públicos.

Desde hace mucho tiempo, las cartas de Jane Austen han sido mi asignatura pendiente. Antes de leerlas no me había formado alguna opinión sobre éstas, solo sabía que, como buena lectora de Jane Austen, tenía que darles la oportunidad. No me esperé que mi primera reacción fuera sentir que estaba violentando su privacidad.

Creo que algunas veces dudé en seguir, me sentí incómoda sabiendo que Jane jamás habría accedido a que sus lectores tuviéramos paso a esos pensamientos tan privados; pero supongo que como tantos que antes que yo se han sentado a deleitarse con un poco más de ella, yo también continué. Cuando me di cuenta, era una más de su vecindario. Estaba siendo un deleite ver cómo funcionaban los pensamientos de la magnífica Jane Austen.

Las cartas de Jane Austen son el último legado que tenemos sus lectores, tras su pronta partida, cuando apenas estaba teniendo independencia económica debido a las publicaciones y éxito de sus novelas. Y aunque definitivamente son una invasión a la privacidad de su autora, han pasado a ser parte de su patrimonio y es inevitable que sintamos la curiosidad por leer algo más de su rica pluma, conocer su entorno, disfrutar de lo que tenía que decir sobre aquellos que la rodeaban y leer sobre sus sentimientos respecto a aquellos a los que tanto quería, como lo que pensaba sobre sus novelas y lo que opinaba sobre la recepción de las misma.



A continuación, presento una lista con las mejores citas de las cartas de Jane Austen.

1. Me siento realmente halagada por tus alabanzas a mi última carta, pues solo escribo por la gloria, sin ninguna expectativa de emolumento pecuniario.

2. Aquí estoy de nuevo, en este escenario de disipación y vicio, y ya comienzo a sentir cómo mi moralidad se va corrompiendo.

3. Por favor, dale recuerdos a todos aquellos que no te preguntan por mí. Y saluda, igualmente, a todos aquellos que sí lo hacen.

4. ¡Qué calor tan espantoso tenemos! ¡Nos mantiene en una permanente condición de inelegancia! 

5. No sé qué hacer con respecto a mi nuevo vestido; me gustaría que este tipo de cosas pudieran comprarse ya listas y terminadas.

6. No hay nada imposible si hay fortaleza.

7. Tener que escribir frases largas sobre temas desagradables es muy odioso, de modo que me desharé tan pronto como me sea posible del que domina ahora mis pensamientos.

8. Creo que somos el tipo de personas y compañía que nuestros conocidos consideran que deben entretener, simplemente porque nadie nos supone demasiado ricas.

9. ¡Pobre señora Stent! Su destino es estar siempre en medio; pero debemos ser misericordiosas, pues quizás con el tiempo nos convirtamos en unas señoras Stent, incapaces de nada y molestas para todo el mundo.

10. Una investigación sobre mis finanzas me ha revelado que, en lugar de ser muy rica, soy cada vez más pobre, pues no puedo permitirme más de diez chelines para Sackree.

11. ¿Qué ha ocurrido en el mundo con la timidez? La moral y las enfermedades naturales desaparecen con el paso del tiempo, y aparecen otras nuevas. La timidez y la fiebre son sustituidas por la confianza y las dolencias paralizantes.

12.  Es realmente impertinente en una mujer pretender conseguir a alguien suponiendo que con solo pedirlo ya lo tiene.

13. Espero un marzo muy duro, un abril lluvioso y un mayo riguroso. Y con esta profecía debo concluir.

14. El matrimonio procura mejoras importantes.

15. Todo el mundo tiene derecho a casarse por amor al menos una vez en la vida.

16. Si mis ideas fluyeran tan rápido como la lluvia en la alacena sería extraordinario.

17. Detesto perder mi tiempo tan innecesaria mente, usurpando, por otra parte, los derechos de los demás.

18. Me alegro mucho de que te gustara la popelina; pensaba que tendría la aprobación de mi madre, pero estaba menos segura de la tuya. Recuerda que es un regalo. No me lo rehúses; soy muy rica.

19. Es uno de los dulces impuestos propios de la juventud elegir apresuradamente hacer un mal negocio.

20. No hay nada más ofensivo que una violación de la puntualidad.

21. ¿Y no es un buen carácter aquel en el que la modestia es su única imperfección?

22. La sabiduría es mejor que el ingenio.

23. Cualquier cosa es preferible o más tolerable que casarse sin amor.

24. La gente es más proclive a tomar prestado y a elogiar que a comprar.

25. Nada se puede comparar con la desgracia de un enlace sin amor, de unirse a un hombre queriendo a otro.

26. Soy demasiado vanidosa para intentar convencerle de que sus elogios son superiores a mis méritos.

27. Y creo que puedo alardear de ser, con toda la vanidad posible, la mujer más inculta y poco informada que jamás osó convertirse en escritora.

28. Cuando uno escribe sobre el tiempo, este cambia por completo antes de que la carta sea leída.

29. Se está acercando a nuestra edad, porque obviamente nosotras no envejecemos.

30. Te ofrezco un baronet muerto en casi todas mis cartas.

31. La enfermedad es una debilidad peligrosa a mi edad.

32. Donde quiera que haya una pena, se espera que proporciones consuelo.

33Si llego a vieja, desearé haber muerto ahora, bendecida por la ternura de una familia como la mía, antes que sobrevivir a cada uno de ellos o a su afecto.


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domingo, 19 de noviembre de 2023

Martha Lloyd

Como parte de mi Proyecto Austen 2023, he estado leyendo las cartas de Jane Austen, entre las que he tenido la oportunidad de conocer, a través de sus cálidos pasajes, a su querida amiga Martha Lloyd.

No he sacado las estadísticas, pero, al cálculo del ojo, me atrevería a asegurar que el noventa y cinco por ciento de las cartas de Jane Austen están dirigidas a su hermana Cassandra, el cinco por ciento restante está repartido entre sus sobrinas y hermanos. Y Martha Lloyd. Pero, ¿quién era Martha Lloyd y por qué Jane la estimaba tanto? ¿Desde qué punto se unieron sus vidas? Hay una interesante historia detrás de la entrañable amiga de las hermanas Austen. 

Una de las situaciones que más me conmovieron de mis breves investigaciones sobre el grupo de amigas es que en un punto de sus vidas, Jane, Cassandra y la señora Austen adoptan a Martha, por así decirlo, como parte de la familia. El carácter de Martha ha debido ser inmejorable para inspirar esa clase de afecto. Y es que si las cartas de Jane Austen fueran una novela, solo por las referencias sobre ella, Martha sería mi personaje favorito.

De acuerdo a mis breves investigaciones, las vidas de Martha, Jane y Cassandra, se cruzan cuando fallece el padre de Martha, el Reverendo Nowis Lloyd, y ella, su madre, Martha Craven, y su hermana Mary, reciben el beneficio de Deane, otorgado por el Reverendo George Austen, padre de Jane. Otro grupo de situaciones suceden en el medio como para estimular y mantener la amistad; no obstante, las coincidencias entre las Austen y Martha se ven interrumpidas cuando James Austen, hermano de Jane, luego de casarse, debe tomar la rectoría de Deane, donde vivían las Lloyd, y ellas son reubicadas. 
Por este tiempo los Austen se marchan a Bath, y la mamá de Martha fallece. Cuando la esposa de James también fallece, él vuelve a casarse, esta vez con Mary, la hermana de Martha, lo que constituye un nuevo vínculo entre los Austen y las Lloyd. Francis Austen, se casa con Mary Gibson y, debido a que, por su trabajo en la marina tenía que ausentarse constantemente, propone a las tres mujeres Austen que unan sus fuerzas con Martha y formen esta familia de sororidad en Southampton con su esposa.

Hace más de doce años tuve la gran oportunidad de mi vida cuando conocí la casa de Jane Austen, en Chawton, lastimosamente no había leído las cartas en aquel momento; sin embargo, no se me olvida que el lugar de Martha en la cocina Austen era respetado por sus cuidadores y especialmente recordado, donde incluso tenían una de sus famosas recetas.

En su carrera de escritora, Jane Austen trató los temas que afectaban su sociedad, entre los que se quejaba, en su tono decorado con sarcasmo, el rol al que estaba destinada la mujer, temas que exploró de todas las formas en sus novelas, siendo la amistad y sororidad entre hermanas y amigas, juzgado y promovido, pero uno con el que le gustaba divertirse. Martha Lloyd fue una segunda hermana para Jane, alguien en la que pudo confiar a la par de Cassandra. Jane murió muy temprano, al menos en el plano terrenal, no supo que su querida amiga Martha se casó con su hermano Francis.



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