Es común leer por ahí que el libro es mejor
que la película, y esto regularmente es así, pero, ¿por qué leer un libro si ya
viste la película y sabes, en sustancia, lo que pasará…?
Brooklyn es una película que vi al final del
2015, que fue muy reconocida por su argumento y las, ahora que leí el libro,
perfectas actuaciones, no solo de Saoirse Ronan sino no de todo el elenco. Recientemente volví a verla --suelo ver infinitas
veces esas películas que me gustan mucho--, y después de terminarla sentí que
no podía conformarme, que necesitaba los detalles del libro, ponerme en
contacto con los personajes, cómo piensan y qué los mueve, aspectos que, por
edición y tiempo, aun cuando las actuaciones sean excelentes, como en el caso
citado, el cine suele resumir a dos horas. Y aunque normalmente la
fórmula es al contrario, primero leer el libro, luego ver la adaptación,
también he tenido buenos resultados cuando cambio el sentido de las variables. No es igual ver
la escena de una película romántica que imaginarla tal y como el autor, con
todas sus letras, ha querido que el lector la interprete.
En Brooklyn, basada en una novela del Colm Tóibín, hay una fidelidad
respetable del argumento del libro, no obstante, hay muchos de estos “detalles”
que fueron alterados y que me gustó conocer. El primero, es que está narrada
con mucha frescura. Algunas veces, cuando encuentro libros argumentados en una
determinada época, cuesta adaptarse al narrador, que con frecuencia suele ser muy
serio, haciendo el hilo pesado, aunque la historia sea muy buena, pero esto,
afortunadamente, no sucede con Brooklyn, una novela que engancha por su jovialidad y en la que nos encontramos con un
narrador ameno, pese a que lo haga en tercera persona (prefiero las narraciones en primera, me hacen formar parte de la historia y no me acomodan como una simple espectadora). Me gustó también
que enseguida te introduce en el entorno de Eilis, cómo es su vida en Enniscorthy,
un poblado de Irlanda, que más adelante será comparado con la moderna
Brooklyn, lugar al que ella emigra. En Enniscorthy no hay oportunidad de
trabajo para Eilis, lo cual preocupa a su hemana Rose, quien hace todos los
contactos y básicamente decide por ella que debe irse a trabajar a América, el
país de las oportunidades.
Mentiría si no mencionara que una de las
motivaciones para leer este libro, y conocer sus "detalles", fue que en una entrevista, no recuerdo cuál de los personajes mencionó que con la
película habían querido hacerle justicia al final
del libro; y quien crea que no soy lo suficientemente curiosa como para volverme loca y buscar este ebook, cuya adaptación me había gustado tanto, y saber en qué había variado el desenlace, no me conoce... Lo que encontré, por supuesto, fue agridulce.
En todo el libro nos encontramos a una protagonista
de buenos principios que, lo sentí así, se adapta al entorno pero que no lucha por lo que quiere sino por lo que debe, y supongo que el
autor tuvo sus motivos para dejar a esta heroína con el destino que le confirió,
y tal vez establecer que las decisiones que tomamos (o que toman por nosotros)
tienen consecuencias para el resto de nuestras vidas y que de estas últimas
solo tenemos una.
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