Bueno, he
comenzado mi primera lectura indie del año con La chica que soñaba con respirarbajo el agua, de Joana Arteaga, una autora que he leído antes (Juntos somos invencibles), y que, como me gustó mucho su narrativa, he querido repetir; además que desde que salió, el argumento de esta novela siempre me interesó.
No obstante tengo que decir que trata un tema que
últimamente me he encontrado en varias historias: una mujer
en una carretera apartada –o en situación de peligro–, que es trasladada a un
rancho en el que vive el hombre más sexy del planeta.
La primera
novela que leí –de las muchísimas que habrán– sobre este tema fue En ruta al destino, de Lee Vincent, que me gustó mucho, acerca de una novia fugitiva que va a dar a las garras de un hombre complejo al que se le conoce como "El Dragón" y luego vivirán un tórrido romance de esos happily ever after; recientemente he leído Rancho tres cabezas, de Mary Red, en la que un sexy vaquero rescata a una chica de los abusos de un marido alcohólico y ludópata, llevándosela a vivir a su rancho; y
ahora, pues, la novela que me ha traído a elaborar esta entrada: La chica que soñaba con respirar bajo el agua, también sobre una esposa joven que huye de un marido abusivo y que con el coche descompuesto va a solicitar auxilio al rancho Layton, que lejos de ser un rancho es una plantación en Alabama. Interesante,
¿no? Sin embargo, y no es que esté siguiendo este tipo de historias, me habría conformado con solo una de ellas –y no se ofendan las demás–, mi lectura actual, fue escogida voluntariamente desde
el año pasado cuando salió, sólo que hasta ahora he podido darle la
oportunidad.
No obstante, a pesar de que ya me he acercado para dejar mis impresiones, tengo que confesarles que no he
terminado la novela aún, por el contrario, apenas estoy comenzándola, sin embargo, estoy segura de que terminará gustándome tanto
como las antes mencionadas, pues tiene algunos puntos en su favor: está impecablemente narrada y es una mezcla entre el primer episodio de Hart of Dixie, Jane Eyre (sin la esposa loca del ático) y alguno que otro libro de Nicholas Sparks, lo cual nos hace a la novela y a mí cien por ciento compatibles.
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