Siempre que tengo que ir a algún lugar, el banco, una cita de trabajo o cualquier actividad en la que tengo que esperar por más de diez minutos, llevo conmigo a una vieja amiga para el entretenimiento.
Uno de estos momentos sucedió esta semana que está terminando, lo que fue una buena oportunidad para pasear por algunos de los pasajes de mi novela favorita, Orgullo y Prejuicio.
La última vez que me vi en una situación similar, me había quedado en una de las partes funamentales de la obra de Jane Austen, sin la que Orgullo y Prejuicio no sería lo que es: Jane está alojada en Netherfield a causa de un terrible resfriado, resultado de su paseo a caballo bajo la lluvia para cenar con Caroline Bingley, y su hermana Lizzy atraviesa el campo para ir a verla.
A todo el mundo le gusta esta parte porque de aquí nacen los cimientos del amor de Darcy por Lizzy. A mí me gusta también, aunque prefiero otros pasajes; no obstante, estoy consciente de que si Darcy no hubiera estado obligado a compartir albergue con nuestra heroína favorita, quién sabe lo que habría pasado... ¿Lo imaginan? ¿Imaginan que la señora Bennet, nuestra querida señora Bennet, no hubiera hecho tan buen pronóstico del tiempo y hubiera enviado a Jane en carruaje a Netherfield en vez de a caballo? ¿Imaginan que aburridos habrían sido los días en Longbourn si Jane hubiera vuelto a casa la misma noche? ¡Oh, Dios mío, habría sido una catástrofe literaria!
1. Aunque ya habría notado antes la viveza de sus ojos, Darcy no habría sabido nunca que para Lizzy no hay distancias cuando se tiene un motivo ni que sus ojos pudieran ser todavía más brillantes.
2. No se habría dado el baile de Netherfield Park y probablemente nuestros protagonistas jamás habrían bailado.
3. Hay que reconocer que *probablemente* la unión entre Jane y Bingley habría sido más pronta y no toda una novela, pues, *tal vez* Bingley se habría visto obligado a hacerle la cortesía de visitarla a solas, sin la intervención de nuestro querido Darcy, mientras rentaba Netherfield Park.
4. Calamidad... Lydia no se habría fugado con Wickham, con lo que Darcy nunca habría tenido que reparar esa ofensa, y, posiblemente, Lizzy, cegada por las mentiras de este personaje, habría hecho el peor matrimonio de la historia literaria... O le habría quitado el marido a Charlotte Lucas.
5. Darcy, en su despecho, habría tenido que conformarse con Anne de Bourgh, lo cuál no habría sido tan patético porque ya sabemos qué pasa con Anne en Gente de Pemberley, pero también habría existido la posibilidad de que Caroline Bingley se lo quedara. ¡Uy!
6. Lizzy nunca, nunca, nunca, habría conocido Pemberley.
Uff... cuántas situaciones espantosas. Para nuestra alegría, esto es solo producto de mi imaginación. Nuestra novela salió perfecta en la vida real.
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