viernes, 5 de octubre de 2012

Grandes Esperanzas (2.011)



No he tenido el placer, todavía, de leer alguno de los libros de Dickens; sin embargo este año tuve la posibilidad de disfrutar de una de esas grandes miniseries que suele desarrollar la BBC sobre alguna de las obras de sus fantásticos autores ingleses, en este caso, Grandes Esperanzas.

El día de Navidad, Pip Pirrip, mientras cuida de las lápidas de sus padres, un exconvicto le amenaza, empleando las tretas necesarias para aterrorizar a un niño, y le solicita que robe al esposo de su hermana, quien convenientemente es herrero, una lima para zafarse del grillete que le apresa. El muchacho, atemorizado, regresa a casa, roba la lima a su cuñado y vuelve con el prófugo, a quien no solo facilita la herramienta sino una porción de pastel de carne que su hermana había preparado para la cena. En la misma serie de eventos, en casa de los Gargery, el tío de la familia informa a la señora Gargery que una distinguida dama solicita la presencia del niño Pip. La hermana, observando la oportunidad que puede obtener de tal invitación, se propone, sin prórroga, acceder a la proposición de Miss Havisham.
En la gran casa habita una excéntrica mujer, pálida y fría, cuyo objetivo con Pip es que le sirva de compañero a Estella, su hermosa hija adoptiva. Pero lo que se maneja en esta relación no es normal, todo forma parte del plan maestro de Miss Havisham, que consiste en que Estella crezca sin cálidos sentimientos y sea tan despiadada y frívola como ella; Pip constituye el objeto para la formación del carácter insensible de Estella. La fortuna del muchacho cambia cuando se convierte en un apuesto joven y es favorecido por un benefactor anónimo, que le envía a Londres para que se vuelva un caballero “distinguido”, digno, quizás, del amor de una joven vanidosa como Estella. A partir de acá reaparecerán muchos personajes del pasado de Pip y serán revelados significativos secretos.

Me encantó esta miniserie como, podría decir, todas las series o miniseries que he podido ver de la BBC. Esta miniserie, de tres capítulos, es una adaptación del libro de Charles Dickens, Great Expetations (Grandes Esperanzas), que cuenta con las actuaciones de Douglas Booth en el rol de Pip, Vanessa Kirby en el papel de Estella, Gillian Anderson en el de Miss Havisham y Ray Winstone en el de Abel Magwitch. En cuanto a las actuaciones, disfruté muchísimo la caracterización de Gillian Anderson como Miss Havisham, a quien, adicionalmente, no pude reconocer como la recordada agente Scully de Los Expedientes Secretos “X” –bueno, nunca fui seguidora de la serie–, ésta actriz logró transmitir la frialdad fantasmal de su personaje; respecto al héroe de la historia, Douglas Booth es un apuesto y cándido Pip;  y Ray Winstone es fantástico cuando reaparece como Abel Magwitch. En general aprecié las actuaciones de todos estos actores ingleses que suelen ser geniales en cada obra televisiva o cinematográfica. 

No puedo terminar esta revisión sin destacar la escenografía y el vestuario. Lo que más me llamó la atención fue lo lúgubre de la casa de Miss Havisham, que logra transmitir, como su dueña, siempre ataviada con ese vestido de novia que parece más percudido con el transcurrir de los años; es una mansión tenebrosa, desde sus exteriores descuidados hasta sus interiores decorados con flores marchitas y telarañas. Lo más bizarro es el comedor que todavía conserva la disposición de la vajilla como el pastel de la boda no celebrada. El otro destacado, para mí, fue el vestuario que utiliza Vanessa Kirby, encantador, elegantísimo y símbolo de la época.
Es obvio que después de haber disfrutado de esta miniserie lo que queda, como obligación, será leer el libro.

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