domingo, 17 de julio de 2022

La modernización de Jane Austen, ¿sí o no?

Después de haber visto la nueva adaptación de la última novela escrita por Jane Austen, Persuasión, no me perdono que, en su oportunidad, hubiera dejado pasar un artículo sobre lo inteligente, divertida y bien medida que fue la de Emma, del 2020.


Emma (2020) es una adaptación que recibió la aprobación de todos aquellos que valoramos la novela de Jane Austen, ha sido ligeramente modernizada, no es como si estuviéramos leyendo el libro, pero conserva los elementos y diálogos de la obra de Jane, que son tan queridos por sus lectores, tomándose, por supuesto, el albedrío de cambiar escenas para dar al espectador un nuevo enfoque que le funcionó de maravillas --nadie querría ver una y otra vez la misma película con nuevos actores--. Además Anya Taylor-Joy representa muy bien a este distinto personaje de Jane, Emma.

Recientemente se estrenó la muy esperada adaptación de Persuasión, con Dakota Johnson como nuestra querida Anne Elliot, pero han habido algunos cambios en el desarrollo de su personaje y de toda la película en relación al libro, y miren que he tratado de verla sin que mi mente fuese un cuadrado perfecto, pues, desde los avances, se ha notado la influencia de la popularidad de la infame serie Bridgerton. Sin embargo, y ha de ser porque la he visto sin expectativas, no me ha desagradado, siempre encuentro reconfortante a Jane Austen, aunque no sé si a ella le habría gustado tanto lo que han hecho con su novela; no obstante, me gustaría pensar que la Jane viajera del tiempo se adaptaría pronto a la modernidad; sin embargo..., ¿será necesaria la modernización de su obra?

Desde siempre, Hollywood y el mundo del cine ha estado obsesionado con la obra de Jane Austen, supongo que ha sido por su avanzada, por esa voluntad en los personajes femeninos de querer hacer lo que les cruza la mente y no lo que les dicta la sociedad, pero ¿por qué cambiar lo que ya es perfecto? Desde el inicio de la película Persuasión vemos a Anne narrando su perspectiva de lo que ha pasado con su vida desde que fue persuadida de que se casara con Frederick, lo que, particularmente no me ha molestado; la vemos con una mascota, sucede que tiene un conejo (inexistente en el libro, el cual es el menor de los pecados, desde mi punto de vista); y tomando vino, mucho vino, lo que podría considerarse una modernización de uno de los personajes más sensibles y correctos de su autora, marcando así una gran distancia con la Anne que conocemos. Es como si hubieran fusionado a Anne Elliot con Bridget Jones (la de la película). 

A diferencia de la adaptación de Emma (2020) no captamos los elaborados diálogos de Jane para su obra, acá se tomaron total libertad para el guion, lo que es un segundo indicio de que están tratando de modernizar un clásico, simplificando las emociones e introspecciones para alcanzar un público que tal vez jamás tomará un libro de Jane Austen entre sus manos. El tercer detalle es la incorporación de afrodescendientes (y acá vemos la influencia de Bridgerton) a una sociedad en la que posiblemente no eran aceptados y sobre la que Jane Austen no escribió. No quiero ser polémica, y llámenme clásica, extremadamente cerrada y conservadora, lo que quieran, pero si van a llevar al cine una sociedad de hace dos siglos, quiero verla representada como si fuese hace dos siglos. Si voy a ver cine de este siglo, quiero ver toda la inclusión y diversidad que existe ahora. Pero posiblemente no sea responsabilidad de Bridgerton sino de los  creadores de la serie Sanditon, justamente acerca de una de las novelas inconclusas de Jane Austen, quienes fueron los primeros en incluir un personaje de color en su sociedad.

Un detalle importantísimo para la trama de Persuasión que se ha obviado completamente para la adaptación de Netflix, y que a mí me ha importado más que ver a Dakota Johnson hablándole a la cámara, que suma a la hipótesis de que están modernizando la novela de Jane Austen, es que nunca se cuestiona la edad de Anne. En la novela Anne tiene veintiocho años, edad en la que, en la sociedad de Jane, era considerada una solterona, el fin de la vida de una mujer si no había conseguido una propuesta de matrimonio, pero como hoy en día nadie piensa en casarse ni siquiera a los treinta, no les ha importado.

No estoy en contra de la modernización de la novela de Jane Austen, tampoco voy a decir que he odiado esta adaptación de Netflix, como comedia romántica ha funcionado para mí, pero siempre querré que un clásico siga siendo un clásico. 

Dato curioso: ¿recuerdan cuando había otro proyecto de Persuasión que suspendieron porque ya estaban haciendo la versión de Netflix?

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viernes, 15 de julio de 2022

Mi lectura indie: Al destino no le gustan los curiosos

Estoy contenta de haber leído esta novela. Me costó un poco, debo señalar, las adelantadas y regresadas del presente al pasado, recurso que su autora ha empleado para mantener el suspenso, me desconectaba bastante, yo quería leer lo que pasaba con Lucy (o Rukia) y Akira cuando se conocieron, pero cuando he llegado al final, al epílogo, ha merecido el recorrido.



Recuerdo cuando estaba recién publicada, me sentí inclinada por esta bilogía, pues la historia de Lucy y Akira está divida en dos partes, Al destino no le gustan los curiosos y Al destino no le gustan los valientes, pero no fue sino hasta la pandemia, cuando la autora colocó las novelas gratis, que vi mi oportunidad de tenerlas; sin embargo no ha sido sino hasta este año que, revisando mi biblioteca Kindle, las encontré, y cuando me he puesto con la primera parte, Al destino no le gustan los curiosos, desde el primer momento me enganchó. 




Lo que me gustó de esta novela es que su autora, Altea Morgan, hace un gran trabajo narrativo, es decir, no se propuso simplemente escribir una novela juvenil, ella traslada a su protagonista, que es española, a Tokio. ¡A Tokio! Lo que me ha puesto a imaginar, mientras he estado leyendo, cómo lo ha conseguido, presentar al lector tal viaje cultural en el que dos nacionalidades muy distintas se fusionan para dar paso a una relación romántica. Y si la señorita Altea Morgan nunca ha estado en Tokio, por experiencia propia no ha cruzado sus calles o aprendido un mínimo de japonés, entonces, su trabajo es más importante; es simplemente impresionante y nos ha dejado, a las autoras indie, en lo más alto del mundo de la autopublicación, demostrando que los autopublicados también tenemos mucho valor como escritores. 



No obstante, pensaba que la historia entre Akira y Lucy pasaría de largo para mí. De acuerdo a como está narrada la novela, Lucy, la protagonista, viaja a Tokio por temas laborales de su papá, en esta parte, la autora hace un gran trabajo al poner al lector al corriente de cómo son las diferencias entre las culturas española y japonesa y en primer capítulo conocemos a Akira, pero en el segundo ya sabemos que ha regresado a España y suponemos que algo horrendo ha sucedido y que Lucy y Akira ya no están juntos. Debo confesar acá que cuando Lucy nos lleva a su High School, al que iba en Tokio, y nos presenta al misterioso Shou, me confundió y pensé que él sería nuestro protagonista; me sorprendí bastante cuando la historia continuó con Akira, el hermano de su mejor amiga allí.


Lo cierto es que no me había conquistado tanto este romance, no sé por qué, como he comentado al inicio, siento que me desconectaba la doble historia entre el presente y el pasado, sin embargo nunca pensé en abandonarla, mucho menos cuando llegué al epílogo y se me rompió el corazón. Ahora necesito saber qué pasará con Lucy y Akira pues, verán, en la segunda parte sucederá el reencuentro entre los dos y a mí me encantan las historias sobre reencuentros.


Al destino no le gustan los curiosos es una novela de Altea Morgan y mi lectura indie número uno del 2022.


Y si quieres saber qué otras novelas estoy leyendo, sígueme en Goodreads.


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Cuando dos novelas se encuentran

domingo, 3 de julio de 2022

Cuando dos novelas se encuentran

Los autores (incluso los aficionados) encuentran inspiración en una conversación interesante, una imagen en la calle, la escena de una película o un libro completo. Yo, que soy una de las aficionadas, tengo una decena de historias revoloteando en mi mente, muchas de las cuales han sido inspiradas por algún detalle suelto de algo que he leído. Así, supongo que le sucederá también a aquellos que sí tienen en la escritura una profesión, además de la capacidad para dejar en palabras aquellas historias que le cruzan la mente. Lo mismo sucede con este blog, sabes que quieres escribir algo sobre lo que estás leyendo, que necesitas presentar tu opinión, pero no tienes la inspiración para hacerlo hasta que encuentras un motivo y la narración fluye... O eso espero.

Recientemente releí (aunque parecía que lo hacía por primera vez) la novela Un beso antes de morir, del autor americano Ira Levin, un thriller en el que somos testigos de cómo un ambicioso joven se convierte en un maquinador asesino, una de mis novelas favoritas por siempre --y no es de Jane Austen ni romántica--. Pero, si algo quiero destacar de esta historia es la genialidad que ha tenido el autor para conducir al lector durante toda la primera parte, esta novela está dividida en tres, cada una nombrada como una de las hermanas Kingship, Dorothy, Ellen y Marion, sin que conozcamos la identidad de su protagonista. Y no es sino hasta que llegamos hasta Ellen que descubrimos a Bud, el nombre detrás del hombre que ha tomado a las Kingship como el vehículo para ascender en la vida. Todo un twist plot. Un beso antes de morir es una novela con giros en cada pasada de página.



Ahora bien, actualmente estoy en la mitad de otra novela que llegó a mis manos, se podría decir que al azar, que me tiene muy enganchada; es de la autora británica Norah Lofts, a la que no conocía hasta que este libro se cruzó en mi camino, Amantes todos infieles, en inglés Lovers All Untrue, que, sin proponérselo, y tal vez porque la he leído recientemente, me ha recordado a Un beso antes de morir. Amantes todos infieles es acerca de una joven inquieta, con libre albedrío, de esas que nos precedieron y gracias a las que, hoy en día, las mujeres hemos avanzado en la sociedad y gozamos de cierta voz, pero que, en su tiempo, eran canceladas simplemente por ser mujer. Marion, y acá comienzan los encuentros entre ambas novelas, pues uno de los personajes de Un beso antes de morir también se llama Marion, es víctima de lo que hoy detectaríamos como un padre abusivo, en aquel entonces, porque se supone que es una novela victoriana, la conducta del señor Draper tal vez pasaba por algo normal, un hombre posesivo y dominante con las mujeres de su familia, cuya opinión era la única que prevalecía en su hogar, para el que tener una hija como Marion, suelta de pensamientos, que exteriorizaba la razón, era sinónimo de inestabilidad mental. Así, Marion, esta joven inquieta y deseosa por experimentar conoce a Jean de Brissac, un atractivo y ambicioso joven (segundo encuentro entre las novelas) francés, ayudante de farmacia, con el que se involucra a escondidas de su familia. El tercer encuentro entre las novelas es que Marion queda embarazada de Jean o "Johnny", como en confianza le llama, tal y como Dorothy queda encinta de Bud. El cuarto encuentro es que la hermana de Marion se llama Ellen, como otra de las Kingship. 



Por supuesto, cuando comencé a leer a Norah Lofts me fui al más famoso buscador de internet para saberlo todo sobre la autora y aprendí que era británica y que escribió cerca de cincuenta novelas. ¡Uff, qué privilegio! Cualquier autor (incluso los aficionados, y levanto mi brazo aquí) quisiera escribir a lo largo de la vida siquiera la mitad de esa cifra, una profesión que, de acuerdo a lo que he leído, llevó a término respetablemente. Ahora bien, con este artículo no intento decir nada negativo de su novela Amantes todos infieles, que está, sin duda, en lo más alto de mis lecturas del 2022 y pasará a ocupar un gran lugar entre mis clásicos favoritos, solo trato de presentar esta curiosidad, puntos de encuentro entre las dos novelas que lejos de ser negativos, como escritora aficionada me han parecido muy positivos. Hay una gran posibilidad de que ella, y el señor Levin debió sentirse muy honrado, hubiera leído al autor americano, le gustara su exitosa novela y hubiera pensado que si tomaba prestados algunos elementos conseguiría esta otra novela, pues, a pesar de que escribía historias de época, los dos autores vivieron en el mismo siglo, Norah desde 1904 hasta 1983 y Ira desde 1929 hasta el 2007. Otra curiosidad entre ambos autores es que los dos nacieron el 27 de agosto. Sin embargo, ya para desmentir cualquier infamia de mi parte, en el prefacio de la novela, la autora explica que le gustaba leer sobre los crímenes del momento, especialmente aquellos inconclusos, y que Marion fue inspirada en lo que, en aquel entonces, le había sucedido a Madeline Smith, que como Marion, tuvo un amante del que se especuló había envenenado con arsénico en el chocolate, siendo esta poderosa sustancia el quinto encuentro entre las novelas Un Beso Antes de Morir y Amantes Todos Infieles.



Ahora, otra curiosidad que me gustaría presentar, y esta vez es sobre Un Beso Antes de Morir es que algo debió existir entre los críticos de su tiempo pues dos películas se han adaptado del libro y en ambas han cortado a una de las hermanas Kingship; las he visto las dos, pero la de 1991 la vi hace tanto tiempo que no recuerdo el contexto --solo que estaba protagonizada por Matt Dillon--. Recientemente vi la adaptación de 1956, que se tomó sus libertades y resumió la relación de Bud con las Kingship a un triángulo, dando verdadero heroísmo a Ellen, que en el libro también es mi favorita y pierde su voz al ser cortada del argumento, por lo que, quizás, podríamos concluir que un triángulo entre los personajes habría funcionado mejor que como originalmente ha estado concebida la novela. 



Resumiendo, la fuente de inspiración para escribir puede surgir de cualquier detalle, lo importante es tomarlo y convertirlo en algo que merezca la oportunidad de ser leído, como estas dos novelas de dos brillantes autores. 

Un beso antes de morir fue publicada en el año 1953, mientras que Amantes todos infieles fue publicada en 1971.


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