Los autores (incluso los aficionados) encuentran inspiración en una conversación interesante, una imagen en la calle, la escena de una película o un libro completo. Yo, que soy una de las aficionadas, tengo una decena de historias revoloteando en mi mente, muchas de las cuales han sido inspiradas por algún detalle suelto de algo que he leído. Así, supongo que le sucederá también a aquellos que sí tienen en la escritura una profesión, además de la capacidad para dejar en palabras aquellas historias que le cruzan la mente. Lo mismo sucede con este blog, sabes que quieres escribir algo sobre lo que estás leyendo, que necesitas presentar tu opinión, pero no tienes la inspiración para hacerlo hasta que encuentras un motivo y la narración fluye... O eso espero.
Ahora bien, actualmente estoy en la mitad de otra novela que llegó a mis manos, se podría decir que al azar, que me tiene muy enganchada; es de la autora británica Norah Lofts, a la que no conocía hasta que este libro se cruzó en mi camino, Amantes todos infieles, en inglés Lovers All Untrue, que, sin proponérselo, y tal vez porque la he leído recientemente, me ha recordado a Un beso antes de morir. Amantes todos infieles es acerca de una joven inquieta, con libre albedrío, de esas que nos precedieron y gracias a las que, hoy en día, las mujeres hemos avanzado en la sociedad y gozamos de cierta voz, pero que, en su tiempo, eran canceladas simplemente por ser mujer. Marion, y acá comienzan los encuentros entre ambas novelas, pues uno de los personajes de Un beso antes de morir también se llama Marion, es víctima de lo que hoy detectaríamos como un padre abusivo, en aquel entonces, porque se supone que es una novela victoriana, la conducta del señor Draper tal vez pasaba por algo normal, un hombre posesivo y dominante con las mujeres de su familia, cuya opinión era la única que prevalecía en su hogar, para el que tener una hija como Marion, suelta de pensamientos, que exteriorizaba la razón, era sinónimo de inestabilidad mental. Así, Marion, esta joven inquieta y deseosa por experimentar conoce a Jean de Brissac, un atractivo y ambicioso joven (segundo encuentro entre las novelas) francés, ayudante de farmacia, con el que se involucra a escondidas de su familia. El tercer encuentro entre las novelas es que Marion queda embarazada de Jean o "Johnny", como en confianza le llama, tal y como Dorothy queda encinta de Bud. El cuarto encuentro es que la hermana de Marion se llama Ellen, como otra de las Kingship.
Por supuesto, cuando comencé a leer a Norah Lofts me fui al más famoso buscador de internet para saberlo todo sobre la autora y aprendí que era británica y que escribió cerca de cincuenta novelas. ¡Uff, qué privilegio! Cualquier autor (incluso los aficionados, y levanto mi brazo aquí) quisiera escribir a lo largo de la vida siquiera la mitad de esa cifra, una profesión que, de acuerdo a lo que he leído, llevó a término respetablemente. Ahora bien, con este artículo no intento decir nada negativo de su novela Amantes todos infieles, que está, sin duda, en lo más alto de mis lecturas del 2022 y pasará a ocupar un gran lugar entre mis clásicos favoritos, solo trato de presentar esta curiosidad, puntos de encuentro entre las dos novelas que lejos de ser negativos, como escritora aficionada me han parecido muy positivos. Hay una gran posibilidad de que ella, y el señor Levin debió sentirse muy honrado, hubiera leído al autor americano, le gustara su exitosa novela y hubiera pensado que si tomaba prestados algunos elementos conseguiría esta otra novela, pues, a pesar de que escribía historias de época, los dos autores vivieron en el mismo siglo, Norah desde 1904 hasta 1983 y Ira desde 1929 hasta el 2007. Otra curiosidad entre ambos autores es que los dos nacieron el 27 de agosto. Sin embargo, ya para desmentir cualquier infamia de mi parte, en el prefacio de la novela, la autora explica que le gustaba leer sobre los crímenes del momento, especialmente aquellos inconclusos, y que Marion fue inspirada en lo que, en aquel entonces, le había sucedido a Madeline Smith, que como Marion, tuvo un amante del que se especuló había envenenado con arsénico en el chocolate, siendo esta poderosa sustancia el quinto encuentro entre las novelas Un Beso Antes de Morir y Amantes Todos Infieles.
Ahora, otra curiosidad que me gustaría presentar, y esta vez es sobre Un Beso Antes de Morir es que algo debió existir entre los críticos de su tiempo pues dos películas se han adaptado del libro y en ambas han cortado a una de las hermanas Kingship; las he visto las dos, pero la de 1991 la vi hace tanto tiempo que no recuerdo el contexto --solo que estaba protagonizada por Matt Dillon--. Recientemente vi la adaptación de 1956, que se tomó sus libertades y resumió la relación de Bud con las Kingship a un triángulo, dando verdadero heroísmo a Ellen, que en el libro también es mi favorita y pierde su voz al ser cortada del argumento, por lo que, quizás, podríamos concluir que un triángulo entre los personajes habría funcionado mejor que como originalmente ha estado concebida la novela.
Resumiendo, la fuente de inspiración para escribir puede surgir de cualquier detalle, lo importante es tomarlo y convertirlo en algo que merezca la oportunidad de ser leído, como estas dos novelas de dos brillantes autores.
Un beso antes de morir fue publicada en el año 1953, mientras que Amantes todos infieles fue publicada en 1971.
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