De vez en cuando me sorprendo
cavilando sobre mi novela favorita de todos los
tiempos, Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. Así me encontré la otra mañana
pensando en los pequeños, pero significativos, detalles de Darcy, en cómo
observaba a Elizabeth para estudiarla cuando ésta todavía le creía el tipo más
arrogante y orgulloso que había conocido. Y pensé en cómo ella le rechazaba
cuando él, tan amablemente, le invitaba a bailar, en aquellos primeros
encuentros de la novela, que son mis favoritos. El hilo de estas ideas me llevó
a recordar que, en una oportunidad, mi hermana me cuestionó acerca de quién
consideraba yo que representaba el Orgullo
y quién el Prejuicio en la novela. Yo,
sin pensármelo mucho, le contesté, “querida hermana, pues Darcy,
definitivamente es el Orgullo, y
Elizabeth, el Prejuicio”, pero
después de mis últimas cavilaciones, tal vez definiera otra respuesta.
Al inicio de la novela se define
a Darcy como un hombre orgulloso, que gana la poco pretenciosa suma de “diez
mil libras al año”, que se creía superior a los demás, que no le gustaban los
bailes públicos y que demostraba su insatisfacción por el ambiente que le rodeaba.
Es sin duda un hombre distinguido, de aspecto agradable y de porte
aristocrático, que atrajo la atención del público del baile en el que se
presenta con sus amigos, Bingley, Caroline, y el señor y la señora Hurst. Darcy
baila únicamente con sus amigas y no permite que le presenten a ninguna de las
damas presentes, con lo que el público termina calificándolo del
hombre más antipático y orgulloso del mundo; pero el punto crítico de la
conducta de Darcy sucede cuando Bingley, su mejor amigo, le sugiere que invite
a alguna de las chicas a bailar, como por ejemplo, la hermana de Jane Bennet,
Elizabeth; a lo que Darcy repone que la mencionada señorita no es lo
suficientemente atractiva para tentarlo.
Sabiendo esto, Lizzy, que alcanzó
a escuchar el comentario, se forma la peor idea del caballero, iniciando así
este juego de voluntades entre ambos; aunque, bajo mi percepción, en ese
coqueteo, del lado de Darcy, había una ternura que el carácter dominante de
Lizzy no le permitía exponer completamente.
En principio, Jane Austen llamó
esta novela Primeras Impresiones precisamente
porque ambos protagonistas se forman una idea equivocada del otro. Darcy, el
tipo orgulloso, y Elizabeth, la chica cuya familia le ofende por su falta de
educación, modales y conducta vulgar, exceptuando de esto sólo a Jane, cuya
única falta era que la creía indiferente a las atenciones de su amigo Bingley; sin
embargo, luego se redefinió el nombre de la obra como Orgullo y Prejuicio. ¿Pero quién realmente representa el Orgullo, y
quién el Prejuicio?
Definitivamente ambos adjetivos
aparecen en el desarrollo de la obra en uno u otro personaje. Al principio se
define a Darcy como orgulloso pero
también resulta prejuicioso porque
descalificó a Lizzy por su aspecto. Lizzy, por su parte, le
juzga únicamente por este motivo y evita conocer más de su carácter por los prejuicios que sobre él tiene, lo que, a
su vez, la vuelve también una persona orgullosa.
Más adelante, cuando Darcy no puede negar más los sentimientos que tiene por
ella, se combinan el orgullo y el prejuicio al citar todos los factores
que dominan su lado orgulloso para proponerle matrimonio a una mujer sobre cuya
familia siente tantos prejuicios.
Elizabeth, en mi opinión, es la
que determina el prejuicio a lo largo
de la novela porque es más recelosa (aunque esto pudiera interpretarse como orgullo) a reconocer la razón en Darcy,
justamente por todas las erróneas ideas que tiene sembradas de él en su cabeza;
no obstante, y esto se puede comprobar cuando al leer y releer su carta, las
razones y motivos que movieron a Darcy para actuar del modo en que lo hizo, ella
empieza a liberarse de aquellos prejuicios, a cambiar su opinión de él y a
darle la razón, excepto en lo tocante a Jane, aun cuando puede ver que también
ahí Darcy había acertado. Darcy no ofrecía su amistad tan a la ligera como
Bingley, por esto se había dedicado a observarla (además de que le gustaba), reconocía
que a ella misma le parecía que la actuación de su familia era bochornosa y
sobre lo de Wickham no tenía nada qué opinar que no fuera todo a favor de Darcy.
Su carácter, además, se había suavizado tanto que cuando volvió a verlo en
Pemberley, en compañía de sus tíos, sus sentimientos sufrieron una metamorfosis,
que incluso la llevaron a cuestionarse el que hubiera rechazado su propuesta de
matrimonio. Claro, con un marido de diez mil libras al año y una propiedad como
Pemberley, cualquiera se hubiera cuestionado la negativa.
Tal vez Jane no pretendía definir
en un personaje o en otro el orgullo y
el prejuicio, ¿tal vez el título de
la obra se refiera únicamente a Darcy?, tal vez ambos adjetivos estén presente
en ambos personajes sin que hubiera que determinarlo en alguno; lo que sí es
cierto es que estos personajes, con sus perfecciones y sus faltas, serán ejemplo
para otros autores y serán discutidos, queridos y respetados por millones y
millones de lectores hasta el fin de los días.
¿Qué opinas tú?
Wow.. tienes razón, no lo había pensado.
ResponderEliminar¡Me encanta el blog! vine de paso y me quede.
Saludos :)
Bienvenida siempre :)
EliminarHola, me encantó tu post. Yo siempre pensé desde la primera vez que leí el libro q el prejuicio era Lizzy, porque desde el principio lo q la aleja de Darcy, es precisamente eso, los prejuicios q ella se crea desde q la rechazo y lo q Le cuentan los demás por eso ella lo rechaza, bueno fuera aparte q cuando el se declara por primera vez la pone fina jajaja y el era el orgulloso, por eso tarda tanto en declarse aun sabiendo q el estaba enamorado, pero ahora leyendo tu post si es verdad q ambos tienen esos dos defectos, porque en el baile de Netherfield ella baila con el pero en durante el baile ella tiene un aire orgulloso todo el rato, estoy muy de acuerdo con tu conclusión, yo creo que Jane puso en sus dos personajes un poco de orgullo y prejuicio. Gracias por un post tan chulo y que da. Pie a debate
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