lunes, 24 de octubre de 2011

Zapatos


Hoy me siento inspirada y, aunque parezca increíble, la fuente de mi inspiración es un par de zapatos… en realidad, dos pares de zapatos. ¿Por qué a las mujeres nos gustan tanto los zapatos?, ¿por qué me gustan tanto los zapatos? Los hombres pueden sobrevivir todo un año con un par de zapatos pero nosotras ¡nunca!, qué deprimente sería eso, me entristezco de solo pensarlo. No me importaría si tuviera que vestirme del mismo modo diariamente, pero si pudiera tener un par de zapatos para cada día sería genial, ¡el sueño femenino!, no solo mío, sino, estoy segura, de cualquiera de nosotras.
El sábado salí de paseo con mi esposo, él me debía mi obsequio de cumpleaños, que habíamos acordado sería, qué otra cosa… no, no un libro de Jane Austen, aunque ése habría sido el mejor de los regalos, pero no, Zapatos, zapatos, ¡zapatos!, ¡no es genial cómo podemos utilizar ese recurso del día de cumpleaños para agregar un par de zapatillas a la colección! De la vidriera me gustaron tres o cuatro modelos, pero solo había uno de ellos en mi talla, no obstante fue fantástico, la horma se ajustaba exactamente a mi pie y la textura era suave y cómoda; así que una cosa llevó a otra y terminé adquiriendo otro par de zapatos, unas tradicionales, sencillas y casuales sandalias, que ahora son mi adoración.

Los zapatos son especiales, determinan la apariencia de la persona, se puede estar muy elegantemente vestida pero si no se llevan las zapatillas correctas, el atuendo pierde definición, por lo tanto, los zapatos son más que un accesorio para cubrir nuestros pies, y tener buen gusto al elegirlos es esencial.
No podría imaginar el mundo sin zapatos, aún recuerdo la colección de elegantes zapatillas de mi tía, cuando yo era niña, y sus tres sobrinas nos metíamos en su habitación (sin autorización) para probarnos cada uno de los modelos, que llamábamos “tacones”, porque eran de tacón alto.
Los zapatos son tan geniales que han inspirado libros y películas. En In Her Shoes, basada en la novela de Jennifer Weiner, dos hermanas totalmente diferentes comparten el gusto por los zapatos. Hay una línea fantástica que menciona el personaje de Toni Colette (Rose), la comida la engorda, la ropa la hace lucir mal, pero los zapatos siempre le quedan: Shoes always fit. En Confessions of a Shopaholic, Rebeca pone en riesgo su carrera como La Chica del Pañuelo Verde por su obsesión por las compras, por supuesto, unos zapatos tenían que justificar ese desliz. En The Devil wears Prada, una chica común descubre que para poder lograr el interés de su despiadada jefa debe vestirse para su trabajo, lo que incluye, claro, elegantes zapatos. Y Big, que otra manera podía tener Big para solicitar en matrimonio a Carrie Bradshaw, al “amor de su vida”, que emplear un par de zapatos como símbolo de su compromiso en la película Sex and the City.

De qué marca sean los zapatos no es relevante, lo que importa son los momentos en los que nos acompañan, cuánto nos gustan y lo cómodas que nos sintamos con ellos. 
Zapatos, ¿los mejores amigos de una chica?

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